Artículo aparecido el El País de las Tentaciones el 8 de Diciembre de 2000, antes de los conciertos de AC/DC en España de su gira "Stiff Upper Lip".

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MÚSICA
Nº 186 / Viernes 8 diciembre 2000








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Los australianos AC/DC tocan en España. Vale, es su enésima visita, pero siempre hay razones para volver a verlos. ¿Cuáles? ahí van 10.

Texto. J. F. León

LOS AUSTRALIANOS AC/DC vuelven a visitarnos con la intención de seguir siendo la banda de rock duro con mayor tirón en España. Ya lo demostraron hace poco más de cuatro años, llenando tres noches sucesivas la plaza de toros de Las Ventas. Y es que su endiablado boogie rock —que bebe de Chuck Berry y otros monstruos de los cincuenta— poco tiene que ver con el heavy metal, aunque algunos se hayan empeñado en encerrarlo en ese redil. Sus detractores se agarran a su falta de evolución, un factor del que ellos se jactan sin pudor. En los ochenta, un periodista escribió que habían grabado 10 discos que sonaban igual, a lo que un orgulloso Angus respondió: “Es un mentiroso. Hemos grabado 11 álbumes que suenan igual”. Sea como fuere, muchos se preguntarán: ¿por qué a estas alturas hay que ir a un concierto de AC/DC? Aquí van 10 respuestas a esa inocente pregunta:

1. SUS DOS ÚLTIMOS TRABAJOS.
Ballbreaker (1995) y Stiff upper lip (1999) son los mejores álbumes que han grabado en los últimos 20 años, capaces incluso de competir con For those about to rock (1981), el disco con el que alcanzaron la popularidad a la vez que comenzaban con el bache creativo en el que permanecieron sumidos hasta bien entrados los noventa.

2. SU IDILIO CON ESPAÑA.
No sólo son capaces de meter 40.000 personas en Madrid —algo difícilmente igualable en otra capital del mundo—, sino que además han puesto su nombre a una calle de Leganés, una localidad cercana a la capital, detalle con el que aún no les han honrado ni en su país.

3. Y MÁS AMOR.
En las tres fechas en que llenaron Las Ventas se registró el último vídeo en directo de la banda, No bull, una prueba más del cariño que sienten por España y su público, considerado, por cierto, como uno de los mejores por casi todas las bandas de rock. Un poquito de chovinismo no viene mal.

4. EN DIRECTO SON INFALIBLES.
El concepto de “concierto malo” carece de sentido cuando se habla de AC/DC. Se dejan la piel sobre el escenario en cada actuación y se mantienen en un estado de forma envidiable para rondar la cincuentena.

5. UN CONCIERTO DE LOS DE ANTES.
Ahora que parece que un recital se reduce a un cantante más una orquesta de músicos profesionales y coristas, AC/DC te devolverá a un espectáculo de los setenta. Es decir: una panda de amigotes tocando rock a pelo, sin nada pregrabado… sólo cinco tíos sudando.

6. PODRÍA SER EL ÚLTIMO.
Por lo general nunca se sabe cuánto va a permanecer en activo una banda, pero menos aún cuando llevan ya tantos años en la carretera como AC/DC. Aunque aún no se sepa, esta gira podría ser la última, y sería imperdonable pasar por alto la ocasión de despedirse de una de las bandas más grandes de la historia del rock.

7. VER GUITARRISTAS DE RAZA.
Siempre es un placer ver tocar a un buen guitarrista, pero cuando se trata de los hermanos Young, el tema adquiere una dimensión distinta. El diminuto Angus Young —siempre aferrado a su Gibson SG— es un auténtico espectáculo y uno de los iconos del rock duro, con su clásico paso del pato o sus epilépticas convulsiones. Eso es algo que hay que vivir en directo y a pocos metros de un escenario. Pero no deberíamos olvidar a Malcolm, la suya es una de las más sólidas guitarras rítmicas, y su labor redondeando la base de bajo y batería no es menos importante, aunque prefiera permanecer en un discreto segundo plano. El propio Angus es un ferviente admirador de su hermano, al que considera mucho mejor guitarrista que él mismo.

8. RECORDAR A BON.
El pasado 20 de febrero se cumplieron 20 años de la muerte de Bon Scott, y qué mejor forma de rendirle tributo que asistir a su concierto. El carismático cantante era junto a Angus la imagen pública de la banda y, por tanto, uno de los principales responsables de la ascensión del grupo durante los setenta. Con su voz cazallera grabaron sus mejores discos —sin querer desmerecer al clásico Back in black, ya con Brian Johnson como cantante—, y con su pose barriobajera y sus tatuajes talegueros creó escuela.

9. UN REPERTORIO TREMENDO.
Poquísimos grupos pueden presumir de tener un repertorio tan potente, un auténtico grandes éxitos. Sería imperdonable que AC/DC nos castigara sin Whole lotta Rosie, Let there be rock o Highway to hell, pero no, no faltarán en sus fechas españolas.

10. UN ESPECTÁCULO TOTAL.
AC/DC no sólo ofrece música sobre el escenario. Sus actuaciones son un circo cargado de efectos. Obligada es la presencia de los cañones para despedir el concierto con sus salvas al ritmo de For those about to rock (we salute you) o la campana gigante para presentar Hells bells. Para esta gira han preparado
una estatua gigante de Angus, como
la que aparece en la portada de su último disco. El espectáculo está garantizado.

AC/DC actúa los días 10, 11 y 12 en Madrid (Palacio de los Deportes de la Comunidad) y el 14 en Barcelona (Palau San Jordi).

http://www.acdcband.com/

     
 

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